domingo, 19 de marzo de 2017

#15 - Ver una valija me da orgasmos

Sí, soy una exagerada de mierda. Pero repentinamente, cuando uno está por volar lejos de su casa, todo lo relacionado a ese vuelo es una previa al gran orgasmo. Y no hablo de un orgasmo sexual, para eso están los chongos. Hablo de un orgasmo de alegría! Esa alegría pura que viene de adentro nuestro, de lo más profundo de nuestro ser y contagia todo lo que tocamos.

Armar el itinerario, orgasmo. Reservar tickets de trenes y vuelos, orgasmo. Comprar la valija y ver valijas y mochilas en sus vidrieras, orgasmo. Pagar el seguro de viaje y que te llegue la tarjetita a los días, orgasmo. Ver fotos de los lugares a los que vamos a ir (OH MY GOD), orgasmo.


Hay pocas cosas en la vida comparable con los orgasmos de felicidad, y éstos se dan muy pocas veces, en raras ocasiones... por eso, hay que aprovecharlos, disfrutarlos, saborearlos al máximo y sacarles todo el jugo. Son de esas veces en las que uno llora porque se siente desbordado, cuando lo que creíamos imposible se vuelve posible. Daría lo que fuera por mantenerme así el resto de mi vida.

A lo que voy con esto... ¡no frenemos estos orgasmos! ¡Dejemos que fluyan, que exploten, que se esparzan! Que crezcan tanto pero tanto que el que nos mire tenga miedo de quemarse con tanta locura. Ardamos la vida, a nuestra manera, haciendo caso a nuestros instintos y nuestro corazón. Tengamos orgasmos en cualquier momento, en cualquier lado, por el más mínimo detalle, nos alegremos. Dejemos que la alegría nos invada en cuerpo y alma, dejemos que nos gane esta partida y tome posesión de nosotros. Seamos libres. libres de elegir, libres de querer, de no querer, de pelear, de mirar para adelante.

La vida es muy corta como para andar escondiendo orgasmos.

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